Como
una luz
Llegada
la hora
en
que el astro se apague,
quedaran
mis ojos en los aires
que
contigo fulguraban.
Silenciosamente
y como una luz
reposa
en mi camino
la
transparencia del olvido.
Tu
aliento me devuelve a la espera
y
a la tristeza de la tierra,
no
te apartes del caer de la tarde
—no
me dejees descubrir sino detrás de ti
lo
que tengo todavía que morir.